¿Qué Significa que la Ley del Antiguo Testamento ha sido Abolida?
Una pregunta que divide y revela
La Ley en el Antiguo Testamento: ¿Qué era y para qué fue dada?
Desde el monte Sinaí, Dios dio a Moisés una ley santa, justa y buena (Romanos 7:12), destinada a guiar al pueblo de Israel. Esta ley incluía:
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La Ley moral: Los Diez Mandamientos (Éxodo 20).
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La Ley ceremonial: ritos, sacrificios, fiestas y normas de pureza.
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La Ley civil: reglamentos para el gobierno del pueblo de Israel.
Estas leyes no fueron dadas para salvar, sino para mostrar el carácter de Dios y revelar el pecado del hombre. Como Pablo afirma: “Porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” – Romanos 3:20.
¿Qué significa que fue "abolida"?
En Efesios 2:15, Pablo declara que Cristo "abolió en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas". Aquí no está hablando de anarquía espiritual, sino de un cambio de pacto. Cristo no vino a destruir la ley, sino a cumplirla. Jesús mismo dijo:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” – Mateo 5:17
Cumplir no es lo mismo que cancelar. Es llevar algo a su propósito completo. En Cristo, la Ley ceremonial y civil encuentra su cumplimiento perfecto. Ya no necesitamos sacrificios porque Jesús es el Cordero de Dios. Ya no hay templo físico porque nosotros somos el templo del Espíritu Santo.
La Ley moral: ¿Sigue vigente?
Sí, pero con un nuevo enfoque. Los principios morales de Dios no han cambiado. Matar, robar, mentir, codiciar... siguen siendo pecado. Pero ahora obedecemos no por miedo al castigo, sino por amor y gratitud. Como dijo Jesús:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos.” – Juan 14:15
Y esos mandamientos no son una carga pesada, sino una expresión del amor:
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” – Gálatas 5:14
Ejemplo bíblico: Pedro y la visión del lienzo (Hechos 10)
Dios tuvo que enseñarle a Pedro que muchas leyes ceremoniales ya no se aplicaban. En una visión, vio un lienzo lleno de animales impuros y oyó una voz que decía: "Mata y come". Pedro se resistió, pero Dios le mostró que lo que Él había limpiado, no lo llamara impuro. Esta experiencia no era solo sobre comida, sino también sobre la aceptación de los gentiles, rompiendo las barreras de la ley antigua.
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Ejemplo actual: ¿Qué pasa si alguien intenta guardar toda la ley?
Hoy, algunas personas quieren volver a las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento: guardar el sábado, las fiestas judías, las leyes dietéticas. Pero Pablo fue claro:
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.” – Gálatas 5:4
Tratar de vivir bajo la ley es rechazar el sacrificio de Cristo como suficiente. No podemos mezclar la gracia con las obras.
Entonces, ¿cómo vivimos ahora?
Vivimos por el Espíritu. Somos guiados por una ley superior: la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús (Romanos 8:2). Esta ley no está escrita en tablas de piedra, sino en nuestros corazones. Caminamos no según la letra, sino según el Espíritu.
“Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.” – Romanos 10:4
Reflexión personal: Cuando entendí esta verdad...
Recuerdo cuando por primera vez me topé con este tema. Pensaba que ser un buen cristiano era cumplir reglas. Intenté esforzarme, pero siempre fallaba. Hasta que leí Romanos 7 y 8. Comprendí que la Ley nunca fue capaz de salvarme, solo Cristo podía hacerlo. Y en lugar de sentirme libre para pecar, sentí una libertad que me motivó a amar más a Jesús y vivir para Él.
Conclusión: La libertad de la gracia no es libertinaje
Decir que la Ley fue abolida no significa que todo vale. Significa que ahora tenemos una nueva relación con Dios basada en el amor, no en el cumplimiento frío de reglas. Cristo cumplió la Ley por nosotros. Y ahora, por su Espíritu, nos capacita para vivir en santidad.
Llamado a la acción
Te invito a reflexionar: ¿Estás viviendo bajo la gracia o atrapado en el legalismo? ¿Estás confiando en tus obras o en la obra perfecta de Jesús? Vuelve al Evangelio. Abandona el esfuerzo humano como base de tu salvación y abraza la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
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“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” – Juan 8:36
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