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La Cultura de la Autoayuda VS El Evangelio de la Cruz


No necesitas mejorar, necesitas morir (al yo)


La Cultura de la Autoayuda VS El Evangelio de la Cruz


Vivimos en una era saturada de frases motivacionales, libros de crecimiento personal, conferencias de empoderamiento y un sinfín de gurús que nos prometen una vida mejor si tan solo "descubrimos nuestro potencial". Como cristiano comprometido con el estudio serio de la Palabra de Dios, he visto cómo esta corriente de autoayuda se ha infiltrado sutilmente en la iglesia, camuflándose bajo un evangelio que parece espiritual, pero que niega su verdadero poder. Hoy quiero hablarte de algo que quizás incomode, pero que es necesario exponer: el evangelio moderno que empodera el ego versus el llamado bíblico a negarse a uno mismo.


La promesa de la autoayuda: Tú eres el centro


La autoayuda nace de una necesidad humana legítima: el deseo de mejorar, de sanar heridas, de avanzar. Sin embargo, el problema no es la intención sino el enfoque. En el corazón de esta cultura está el mensaje: "tú puedes solo", "cree en ti mismo", "despierta tu gigante interior", "tú eres suficiente". Estas frases apelan a nuestro ego herido y nos seducen con la promesa de poder, éxito y autorrealización. Pero este mensaje choca de frente con el mensaje del Evangelio.


El Evangelio: No necesitas mejorar, necesitas morir


El mensaje de Jesús no fue una invitación a superarnos, sino a negarnos a nosotros mismos. En Mateo 16:24, Jesús dijo:


Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, y tome su cruz, y sígame.


Esto no suena a autoestima ni a empoderamiento personal. Esto suena a muerte. Muerte del yo, del orgullo, del control. Muerte de la necesidad de ser el centro. La cruz no es un símbolo de mejora personal, sino de crucifixión.


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Autoayuda cristiana: ¿Un oxímoron?


He visto predicadores citar textos fuera de contexto para animar a la gente a "creer en su grandeza". Por ejemplo:


Jeremías 29:11 se usa como un comodín motivacional: Porque yo sé los pensamientos que tengo a cerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

 

Pero este versículo fue escrito a un pueblo exiliado en Babilonia, como promesa de restauración después de juicio, no como una fórmula para el éxito personal. Descontextualizar la Escritura para apoyar ideas de autoayuda es una herejía sutil pero peligrosa.


Otro ejemplo común en la autoayuda cristiana es Filipenses 4:13:


Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

 

Este versículo suele usarse para motivar a las personas a alcanzar metas personales, ganar campeonatos o cumplir sueños. Pero el contexto de Pablo en Filipenses 4:11-12 es sobre contentamiento en cualquier circunstancia, incluso en la escasez y el sufrimiento. Pablo no estaba hablando de autoafirmación, sino de dependencia absoluta en Cristo aún en medio de la necesidad.


Un tercer caso frecuente es Romanos 8:37:


Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo.

 

Este versículo también se utiliza como lema de superación personal, pero si leemos los versículos anteriores (Romanos 8:35-36), vemos que Pablo menciona tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada. Ser “más que vencedores” no es una promesa de éxito terrenal, sino de victoria espiritual en medio del sufrimiento, gracias al amor de Cristo.


La cruz como el único camino de transformación


No hay transformación sin rendición. El verdadero cambio no viene de mirar hacia adentro, sino de mirar a Cristo crucificado. Pablo entendía esto profundamente.

No se trata de mejorar mi viejo yo, sino de crucificarlo. La carne no se reforma, se mata. El Espíritu no empodera mi ego, lo reemplaza. La vida cristiana no es autoayuda con una cruz colgando del cuello, es morir con Cristo para vivir en Él.


¿Por qué nos seduce tanto la autoayuda?


Porque no incomoda. Porque no exige arrepentimiento. Porque no confronta. Porque exalta el yo en lugar de negarlo. Porque se puede consumir como cualquier otro producto sin compromiso. Pero el verdadero evangelio te incomoda, te confronta, te exige morir, y luego te resucita.


La gran diferencia: ¿Quién es el salvador?


En la autoayuda, tú eres tu salvador. En el evangelio, Cristo es tu salvador. En la autoayuda, tú produces el cambio. En el evangelio, es el Espíritu Santo quien te transforma. En la autoayuda, el problema está fuera. En el evangelio, el problema está dentro: el pecado. Y solo Cristo tiene la cura.


El peligro de una iglesia centrada en el yo


Una iglesia que predica autoayuda con versículos es una iglesia sin poder. Puede llenar auditorios, pero vacía de cruz, vacía de redención. Pablo le advirtió a Timoteo en 2 Timoteo 4:3-4:


"Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas."


En este pasaje, Pablo advierte a Timoteo que habrá un tiempo en que las personas no soportarán la sana doctrina y buscarán maestros que les digan lo que quieren oír, en lugar de la verdad. Esto podría estar relacionado con la idea de que una iglesia que predica autoayuda con versículos puede estar más enfocada en satisfacer las necesidades y deseos de las personas que en predicar la verdad y la redención a través de Jesucristo.

La cruz y la redención son fundamentales en la teología cristiana, ya que representan el sacrificio de Jesucristo por la humanidad y la oferta de salvación a través de la fe en Él. Una iglesia que predica autoayuda con versículos sin enfatizar la cruz y la redención puede estar perdiendo de vista la esencia del evangelio.

Los líderes cristianos deben ser conscientes de las falsas enseñanzas y de la tendencia a adaptar el mensaje a las necesidades y deseos de las personas, en lugar de predicar la verdad y la redención a través de Jesucristo.


Pero ahora ¿qué debemos hacer?


Volver al Evangelio puro. Volver a predicar el arrepentimiento, la cruz, la gracia, la muerte al yo. Entender que no necesitamos una mejor versión de nosotros mismos, sino ser una nueva criatura en Cristo:


2 Corintios 5:17

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."

 


¿Qué opinas tú sobre esto?

Te invito a reflexionar y dejar tu comentario abajo: ¿Has visto este mensaje de autoayuda infiltrado en tu iglesia? ¿Has sido seducido por él en algún momento? ¿Cómo ha impactado esto tu fe? Comparte tu experiencia, tus dudas, y si este mensaje te ha edificado, compártelo con otros. Juntos podemos volver a la verdad del Evangelio: el poder de Dios está en la cruz, no en el ego.


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