¿Qué es un cristiano realmente?
Definición bíblica vs. definición cultural
Como alguien que ha decidido escudriñar la Palabra, he comprendido que ser cristiano no es un simple título religioso, cultural o hereditario, sino una identidad viva y activa que nace del nuevo nacimiento en Cristo. En este artículo te invito a descubrir qué es un cristiano según la Biblia, y por qué esa definición es radicalmente distinta a la que ofrece el mundo.
¿Dónde aparece por primera vez la palabra “cristiano”?
La primera vez que aparece la palabra “cristiano” en la Biblia es en Hechos 11:26.
"Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía."
Este pasaje tiene mucho peso en la comprensión de nuestra identidad:
Notemos algo clave: el término no fue autoimpuesto, sino que fue un nombre dado por los no creyentes. Era una forma de identificar a un grupo de personas que vivían y actuaban como su Maestro, el Cristo. En ese tiempo, seguir a Jesús era tan evidente, tan contracultural, que no necesitaban presentarse como “cristianos”; sus vidas lo gritaban.
La definición bíblica: Discípulo, no simpatizante
La Biblia no llama “cristianos” a quienes simplemente creen intelectualmente en Dios, asisten a una iglesia ocasional o tienen una Biblia en casa. La Escritura llama cristianos a los discípulos de Cristo.
La palabra discípulo proviene del griego mathētēs, que significa aprendiz comprometido, seguidor activo. Jesús dejó claro quién es un verdadero discípulo:
Un verdadero cristiano, por lo tanto, es alguien que vive según las enseñanzas de Cristo, alguien que ha sido transformado por el Evangelio y permanece en Él. No basta con simpatizar con Jesús, ni admirar su moral; el verdadero cristiano hace lo siguiente:
- Nace de nuevo:
Juan 3:3: "Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios."
- Se niega sí mismo
Lucas 9:23: "Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame."
La diferencia entre un simpatizante y un discípulo de Cristo
Aquí es donde la confusión social se profundiza. Culturalmente, se considera “cristiano” a alguien que:
- Nació en un país de tradición cristiana, como si la ubicación geográfica garantizara una identidad espiritual.
- Fue bautizado de bebé, aunque nunca haya tomado una decisión consciente de seguir a Cristo.
- Va a misa o a un culto ocasionalmente, por costumbre, tradición familiar o en fechas religiosas especiales.
- Cree en “algo superior”, sin necesariamente creer en Jesús como el único camino al Padre.
- Tiene “valores morales buenos”, como ayudar a otros, ser amable o vivir “en paz”.
- Se identifica culturalmente como cristiano, pero no practica ninguna doctrina bíblica en su vida diaria.
- Piensa que creer en Dios es suficiente, sin necesidad de arrepentimiento ni transformación de vida.
- Dice “yo tengo mi propia fe”, rechazando la autoridad de la Biblia como revelación de Dios.
- Confía en que sus buenas obras le abrirán el cielo, aunque nunca ha nacido de nuevo.
- Habla de Dios solo en tiempos de crisis, pero no vive una relación diaria con Él.
Pero bíblicamente, un simpatizante no es necesariamente un creyente. Muchos admiran a Jesús, pero no lo siguen. Incluso algunos de los que lo escuchaban cara a cara se fueron cuando su enseñanza exigía compromiso:
Juan capítulo 6, verso 66: "Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él".
Un discípulo no retrocede cuando el camino se hace estrecho. Un cristiano verdadero no busca a Jesús por conveniencia, sino por convicción. No teme nadar contra la corriente del sistema porque su mirada está puesta en el Reino.
¿Qué implica ser cristiano según Jesús?
Jesús no suavizó el llamado. No ofreció un Evangelio de prosperidad ni comodidad. De hecho, ser su seguidor implica lo siguiente:
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Renunciar a todo lo que impide obedecerle (Lucas 14:33):
"Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo."
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Amar a Dios por encima de todo (Mateo 22:37):
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente."
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Ser sal y luz en medio de un mundo corrupto (Mateo 5:13-16):
13 "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres."14 "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder."15 "Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa."16 "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
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Ser odiado por causa de su Nombre (Juan 15:18-20):
18 "Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros."19 "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os odia."20 "Acordaos de la palabra que os dije: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra."
¿Y qué motiva a alguien a vivir de esa manera? El amor profundo por Aquel que dio su vida por nosotros. Porque ser cristiano es una respuesta a la gracia, no una religión de obras. Es fruto de una relación transformadora, no de una tradición.
El cristiano verdadero vive conforme al Espíritu
El apóstol Pablo lo dice claro:
Un cristiano sin el Espíritu Santo no es cristiano. Puede parecerlo por fuera, pero la vida nueva no puede fingirse por mucho tiempo. El fruto del Espíritu es la evidencia de una conversión real (Gálatas 5:22-23).
22 "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."
Conclusión: ¿Eres cristiano según la Biblia o según la cultura?
Yo también creí ser cristiano solo por tradición, hasta que conocí al Jesús de la Escritura. Y quedé fuertemente confrontado con su verdad, comprendí que no basta con saber de Él, hay que rendirse a Él. Ser cristiano no es un estatus, es una transformación radical de adentro hacia afuera.
Hoy te invito a examinarte:
¿Eres un simpatizante de Cristo o su discípulo?
¿Te llaman cristiano, o vives como uno?
¿Qué piensas tú?
Quiero invitarte a dejar tu comentario aquí abajo. ¿Qué opinas de esta diferencia entre la definición bíblica y la cultural de “cristiano”? ¿Tienes preguntas sobre cómo vivir una vida auténticamente cristiana? ¡Hablemos! Tus preguntas pueden ayudar a otros también.
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